¿Qué es el TRASTORNO POR ATRACÓN?

El Trastorno por atracón es un tipo de trastorno de la conducta alimentaria  (TCA) que se caracteriza por la aparición frecuente de “atracones” de comida, y ausencia de estrategias compensatorias (para evitar aumentar de peso) características de la bulimia nerviosa.

Los atracones son vividos con sensación de pérdida de control y generan  sentimiento de culpa, vergüenza y depresión. Los atracones van acompañados de malestar físico y de un aumento progresivo de peso. En algunos casos no hay “atracones” propiamente dichos, sino un continuo picoteo de comida con la misma sensación de no poder parar.

Por lo general, los atracones se inician en la adolescencia o en la juventud y con frecuencia empiezan después de realizar una dieta para adelgazar. Al principio pueden alternarse periodos en, los que se hace dieta y se pierde peso, con periodos en que aparecen atracones y se recupera el peso perdido y algunos kilos más…cada vez será más difícil poder seguir una dieta y perder peso hasta llegar a un punto en que la alimentación se sienta como totalmente descontrolada y en consecuencia exista sobrepeso o incluso obesidad.

Todo ello afecta profundamente la calidad de vida, la salud, la autoestima y el estado de ánimo de quien sufre este trastorno.

Factores psicológicos implicados en el trastorno

En el trastorno por atracón, como en todos los TCA, existe una sobrevaloración de la importancia del peso y la figura que afecta gravemente la autoaceptación en estas personas. El aumento de peso y la dificultad (y en ocasiones la imposibilidad) para seguir una dieta de adelgazamiento es vivida con sentimiento de angustia y depresión. Esto y, el malestar ocasionado por el rechazo hacia el propio cuerpo, conducen a menudo a evitar situaciones y relaciones con los demás, pudiendo afectar gravemente la vida afectiva, social, familiar y laboral de estas personas.

Normalmente los atracones o el picoteo se relacionan con situaciones que generan ansiedad, tristeza o preocupación. Ante estas situaciones, la persona siente necesidad de comer para “calmar” esas emociones negativas o bien para “llenar” su sensación de vacío. La comida la usan, de forma incorrecta, como amortiguador emocional. Sin embargo, el sentimiento de culpa que aparece tras el atracón y el aumento de peso consecuente del trastorno, agravan aún más el cuadro. La persona se siente descontrolada y aumenta la obsesión por la comida, el peso, la ansiedad y la depresión. 

Frecuentemente, las personas que sufren este trastorno, acostumbran a presentar una elevada autoexigencia y un alto grado de responsabilidad. Anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias, se involucran en exceso en los problemas ajenos y dejan de lado sus necesidades para satisfacer las demandas del entorno. Pueden sentirse inestables emocionalmente, les cuesta decir “no” y dependen en exceso de la aprobación de los demás. Todo ello, afecta a su Autoestima mientras que, el sobrepeso y la sensación de descontrol con la comida sólo hacen que agravar el sentimiento de autorechazo y depresión.

Para superar este problema, mucho más habitual de lo que parece, es necesario ponerse en manos de un profesional especializado en el tratamiento de los Trastornos Alimentarios. La psicoterapia es fundamental para poder tratar el problema abordándolo en toda su amplitud y dotando a la persona de nuevas estrategias y herramientas para poder manejar sus emociones de una forma sana y eficaz.

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